EL FAROLERO




Erase una vez... una pequeña niña, de ojos ávidos de todo cuanto acontecía... y ahora estaba apunto de producirse uno de los milagros más bonitos que ella apreciaba llegado este momento... Estaba en la calle jugando con su amiguita, su padre era vaquero y por este motivo ella, nuestra niña también vivía alegres momentos cuando con su amiguita iba a las casas a repartir la leche recién ordeñada, le gustaba tanto ayudar a su amiguita a sostener la lechera en la cual introducía un pote que ya era la medida y se la vaciaba en la lechera de la señora...… Ahora la niña esta mirando la parte de arriba de su calle... y lo esta viendo y en su interior hay sonrisas y empujones... cada vez esta más cerca. Es un hombre muy alto, va vestido como de uniforme gris, y en su mano derecha lleva un palo largo... su andar es decidido y cauteloso, parece como si llevase algo frágil... y ya esta a su lado... el hombre le dice, como cada día, hola pequeña, e introduce el palo en la farola, y la niña despide dando saltos al farolero, adiós hasta mañana... Cada día en su dulce espera llena de ilusión y esperanza, la pequeña niña veía cumplido su deseo de ver llegar la luz... La niña no tenía miedo.... pero a medida que se iba haciendo mayor iba creciendo en ella un miedo grande, con el cual aprendió a vivir, y ya de más pero más mayor entendió que aquella linda niña después de perder a su farolero y a su amiguita, y por las condiciones que la envolvían, lo único que tenía para agarrarse a vivir, era su miedo. Miedo al cual  hoy le doy las gracias, pues a través de él comprendí el AMOR.












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